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martes, 7 de octubre de 2008

It is not measurable

Hace cinco meses atrás aún actualizaba este blog. Han pasado varias cosas, esto se pone como "El mundo al instante". Pero mi actualidad es una sustancia extravagante: como agua pero no te moja, ni deja huellas, ni siquiera ensucia.

Cinco meses atrás estaba en Mouse.cl, que al menos era como la conocíamos. Ni me fui, ni me echaron, simplemente quedé volando,  en el limbo de la información. Y es tal: ves los flujos pasar, pero no puedes tocarlos ni hacer uso de ellos. Si lo haces, es artificial, no corresponde.  Sólo te queda redireccionarlos donde puedan rebotar y seguir algún afortunado camino. Quizás fue para mejor. Logré desdoblarme al punto de ver mi cara cuando otros me veían como "Y ésta qué hace acá? Y ésta quién es?".

Coincidió que mis padres me abandonaron financieramente, lo que me ponía peor: sin algo que me guste hacer y sin recursos. Mis más cercanos son testigos de que estaba como loca pero a la vez paralizada, porque sabía que debía buscar un trabajo pero no lo hacía. Me dediqué a los encargos, gracias a los que alguna cosa hicieron para que la máquina siguiera andando.

Me sentía pésimo,  devaluada. Sin siquiera una opinión externa, puros buenos ánimos de mis cercanos. En general, la opinión externa vale nada para mí  si es malintencionada, pero nunca supe si mi trabajo fue bueno visto en los ojos del lector objetivo. Aún opino que me falta ese feedback, porque los comentarios de ahora están con filtro.

Fui acogida por AyerViernes para Murke.net, su red de blogs comerciales. Desde el primer mes me dediqué a MercadoCapital, el blog más botado, que tiene una temática que debiera ser importantísima pero es bien agria: inversiones personales, dígase bancos, FONASA, isapres y AFP. Y realmente me interesó el tema, porque soy joven, estoy saliendo al mundo laboral tradicional y no tengo idea cómo manejar mis finanzas. 

Sin embargo, no me sentía completa. Ni siquiera con un incipiente trabajo en mi tesis y la llegada del segundo semestre, en lo que refiere a "to-do".

Hace cinco meses comencé a juntarme con nuevas personas, acogedoras, y también a salir con alguien que no puedo nombrar, lo que es muy insulso porque ya han pasado cinco bonitos, interrumpidos y raros cinco meses. He notado que muchas personas lo saben, pero no hacen aspaviento del asunto. Y por otra parte, no hay un espectáculo al público. Muchas cosas irresolutas en esto y no entraré en detalles porque ni siquiera existe un plan y hasta es un poco doloroso. Como diría Del Villar: el lenguaje crea. Pero el lenguaje no está en las palabras, que son una gráfica simplemente. El lenguaje es una cultura, modo de hacer, comunicación. Yo le pongo el hombro, como a todo nomás, y lo alimento con paciencia, que es mi desayuno. Sólo sé que estos cinco meses son lo más distinto, agradable y bonito que me ha pasado, y tienen el mismo valor que dimensiones como mi familia, terminar mis estudios/mi tesis, alcanzar estabilidad económica personal y realizar proyectos que me hagan sentir plena. Si no fuera relevante, ya lo habría echado al tacho.

En julio creció algo en mí: desesperación. Porque estaba haciendo algo que me demandara creatividad de la forma que suele suceder. En general, sucede que hago lo que quiero y eso decanta en frustración cuando trabajas en cosas de otros. Nada personal. Pero esto me tenía con angustia, llanto, el humor terrible. Así como el led que está a punto de perder una patita y apagarse.

También me fui del lugar donde vivía, porque no aguantaron que no tuveira límites, que saliera, hiciera mis cosas, trabajara en base a algo no-tradicional.

En agosto, recibí un email con un dato de pega y aquí estoy: en el  Instituto Latinoamericano y del Caribe de Planificación Económica y Social (ILPES) de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Estoy a cargo de la Red de Intercambio y Difusión de Experiencias Exitosas para Alcanzar los Objetivos del Milenio, o sea IDEEA-ODMs. Tengo varias tareas-base pero libertad para hacer otras cosas por mi cuenta. De hecho, ene so estoy, aplicando un montón de cosas aprendidas en mis (también) cinco años de estudio, y otras que considero super valiosas de tener en cuenta y analizar para seguir adelante y hacer las cosas bien. Espero estar haciéndolo bien, porque me siento,  aunque en ocasiones extraño más supervisión. Esta confianza absoluta me pone a prueba. 

Hace cinco meses pesaba exactamente cinco kilos más, lo que ha significado botar la mitad de mi guardarropa y usar pantalones dos tallas más abajo. También ha cambiado mi autopercepción.

Entonces, hoy se cumplen cinco meses de una renovación, lenta, esperanzadora y a veces intragable. No porque tenga mal sabor, todo lo contrario: porque tiene más de uno y muy nuevos y exquisitos y no me los quiero perder. 

1 Sugerencias, Reclamos, Recados:

Anónimo dijo...

Hace poco lei "...las historias sólo suceden a quienes son capaces de contarlas". Creo que viene al caso. Supongo. Un abrazo.