Yo los conocí en Primero de Periodismo, separadamente. Y nunca se me ocurrió que el amor sería su unión. Y tampoco he predicho que estaría un día como hoy escribiendo sobre su amor.
La Tamara es una buena chica. Es bajita como yo, pero más estilizada... creo que alguien se lo dijo alguna vez pero con otras palabras ("tiene todo bien puesto" sería la cita ad hoc). Solía llevar el cabello cortito y siempre me gustaron sus cuadernos con hojas amarillas, en los que sólo usaba lápiz tinta, presumo que negro. Tiene unos sweater muy originales y sus zapatillas son pequeñas, creo que incluso más que las mías. No caíamos bien y nos hablábamos harto un tiempo y pronto, por errores que suelo cometer o cosas que suelo decir, se esfumó esa posibilidad de ser amigas.
El Rodrigo; siempre he pensado que es un chico muy bueno, dista mucho de tener malas intenciones o ser un maldito calculador. Yo creo que su mirada y su persona en sí expresan esa bondad.
Cada uno decidió juntarse con personas distintas, yo pasé eternamente buscando personas hasta que me aburrí y no me di bien cuenta que la Natalia se convirtió en una de las mejores personas en mi vida.
El año pasado volví a unirme a ellos por razones académicas. Yo me sentía muy extraña, porque estaba predispuesta a un rechazo de ellos hacia mí y me hacía percibir todo tan artificial. No obstante, este año cuando volvimos a clases, ellos fueron tan amables que esa sensación desapareció. Y la posibilidad de sentirme contenta ha vuelto, porque no tengo que andarme preguntando si son honestos o falsos, sino, son simplemente ellos. Gracias por ser ustedes hacia mí.
Yo me contento de verlos juntos, aunque al principio me parecía extraño. extraño por otro tipo de relaciones complejas que existían y que ya no van más. ¡Qué saludable que así sea!
Un beso para ustedes Los Inquietos y gracias por su amor.
(otro día escribo del amor de los Monitos)
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